Radproct

Día a día, las personas están expuestas a la radiación de manera constante: ya que estas no solo se presentan en procedimientos médicos. Te sorprenderá saber que nos encontramos expuestos a las radiaciones en todo momento. Lo anterior debido a que estas se encuentran incluso en el aire que respiramos.

Como dijo Eric J.Hall, Profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York): “La vida en la tierra se ha desarrollado en presencia de radiación. No es nada nuevo, inventado por el hombre la radiación siempre ha estado aquí»

La radiación se puede presentar de dos maneras, natural y artificial.

Fuentes naturales de radiación.

La radiación natural proviene de varias fuentes: un ejemplo de ello es el randón, un gas natural que se produce cuando hay desintegración del uranio, un elemento radiactivo. Dicho gas se emana a través de la tierra y rocas y es la principal fuente de radiación natural e ingresa a nuestro cuerpo mediante el aire, es decir, cuando respiramos.

El cuerpo también es una fuente emisora de radiación, ya que los alimentos que ingerimos e incluso el agua, contienen cantidades pequeñas de isotopos radiactivos. Aunque algunos alimentos contienen más radiación que otros, no representan un riesgo significativo para la salud de una persona.

En promedio, cerca del 80% de la radiación anual que recibe una persona, es proveniente de fuentes naturales. El otro 20% proviene de fuentes artificiales.

Fuentes Artificiales de radiación.

Las fuentes artificiales, son aquellas generadas por el ser humano (celulares, antenas, hornos microondas, torres eléctricas, equipos de rayos x, etc), que van desde la energía nuclear, hasta la implementación de la radiación en la medicina, la cual ha traido grandes beneficios a la humanidad.

Estas radiaciones artificiales se pueden controlar de manera más fácil y eficiente que la radiación natural. Para dicho propósito existen distintas prácticas y elementos especialmente diseñados para proteger a las personas de las radiaciones ionizantes.