La radiación puede generar una gran cantidad de efectos negativos sobre el cuerpo humano, sin embargo, dichos efectos dependen tanto de la cantidad de radiación recibida, como del tiempo de exposición frente a esta.
Antes de entrar en detalle sobre los efectos que tiene la radiación sobre el cuerpo humano, definiremos qué es la radiación ionizante: es una radiación de gran energía, resultante de la desintegración de los núcleos de los átomos, esto quiere decir que es capaz de afectar células vivas y por ende, capaz de dañar material genético.
Cabe aclarar que las radiaciones ionizantes, utilizadas de manera controlada y con las medidas de seguridad indicadas, no generan alto riesgo a la salud humana. De hecho, gracias a la implementación de este tipo de radiación en el campo de la medicina, es posible identificar anomalías en el cuerpo de un paciente y de esta manera, realizar un tratamiento indicado.
El daño provocado por la radiación dependerá de dos factores, por un lado está la cantidad de energia a la cual el cuerpo se encuentra expuesto, entre mayor sea la radiación recibida, más daños causará al cuerpo humano. Esto se da debido a que las células son totalmente destruidas y no logran regenerarse tan rápido como para poder reversar el daño.
No quiere decir que la radiación en cantidades pequeñas no genere daños a los tejidos, en este caso, dado que son cantidades pequeñas de energia no se destruyen tantas células y gracias a esto, estas pueden regenerarse, reemplazando las células muertas y reparando el daño causado.
El segundo factor tenemos el tiempo de exposición, en este caso a mayor tiempo sea expuesto el tejido, este se vera afectado de forma negativa. Por ende un cuerpo expuesto a bajas dosis de radiación en un periodo de tiempo prolongado, también puede presentar graves daños en su salud.
Dicho lo anterior podemos decir que el cuerpo humano tolera las bajas cantidades de radiación en bajos periodos de tiempo, este le da tiempo a las células de hacer su trabajo de manera eficiente.
Para poder explicar este punto utilizaremos el siguiente ejemplo: Cuando nos realizamos una radiografía torácica, recibimos una radiación de 0.1 milisieverts (mSV unidad de medida para la radiación), en este caso el cuerpo no sufre daño alguno. Sin embargo si aumentamos la cantidad recibida a 1.000 mSV, comienzan a aparecer los primero sintomas, nauseas
Si continuamos aumentando la dosis de radiación recibida, se presentarán sintomas adicionales, en el caso de 3.000 mSV aparecerá el vómito, la pérdida de cabello y posiblemente diarrea.
Con una cantidad de 8.000 mSV, pueden aparecer hemorragias e infecciones. A los 10.000 mSV la persona puede fallecer al pasar de unas semanas y a los 20.000 mSV, la muerte se puede dar al cabo de una hora o unos días.